lunes, 4 de mayo de 2020

Las curvas de Velasco

Al pie de la carretera N-122, hoy en este tramo ya A-11 o Autovía del Duero, con un término municipal drenado por el río Abión, situado en un altozano, desde el que se controla el paso conocido como "las curvas de Velasco" se encuentra este despoblado. No es fácil comprender como este municipio, al igual que otros situados a la vera de las "carreteras generales" se abandonaron en la segunda mitad del siglo XX.  Su abandono es muy similar al que se produjo en Mazariegos en la provincia de Burgos situado al pie de la N-234, que une Soria con Burgos.

¿Por que se abandonaron estos lugares? En Velasco, su último habitante según nos cuenta Pablo Jiménez Carnicero en su blog, fue Casimira García Sanz que abandonó la localidad en septiembre de 1966. Sin lugar a dudas la falta de infraestructuras básicas como, luz eléctrica y agua corriente podrían estar detrás de este abandono.

1.- UN POCO DE HISTORIA.
En el siglo XVIII era del señorío del Duque de Uceda como dueño de la ciudad de Osma y su tierra en que está comprendido Velasco. El de Uceda percibía las alcabalas –241 reales y 20 maravedíes al año- y las tercias en los frutos decimales. Los diezmos y primicias los percibía el obispo y cabildo de Osma y otros, como curas e iglesias.

Vivían en la época 23 vecinos y 4 habitantes (se refiere a medios vecinos, como eran consideradas las viudas), repartidos en 26 casas. No había pobres de solemnidad. Siete casas servían para guardar el ganado, además de doce tainas dentro del término y nueve en el monte. Completaba el censo de edificios un palomar inmediato a la población y siete pajares. El ganado era abundante, pues contabilizaban alrededor de quinientas cabezas de ovino, unas novecientas de caprino y cincuenta y ocho de bovino; casi noventa cerdos servirían para el consumo familiar, además de 29 jumentos y 32 bueyes para el trabajo del campo.

Por lo tanto en el siglo XVIII la economía del lugar era envidiable, y más si añadimos 24 colmenas y 8 hornos para elaborar la miel, la artesanía de fabricación de queso de cabra y el negocio de la arriería practicado por dos vecinos que portaban leña al Burgo. Tampoco podían quejarse sus habitantes de las tierras, muchas de ellas dedicadas al regadío “por mano y pie para hortalizas”. El secano producía yerba, cáñamo y todos los cereales. Tenían viñas, dehesa boyal y un gran monte de carrascal y enebro, que todavía, hacia 1960, suministraba madera a pequeñas negocios familiares, entre ellas uno ubicado en el Barrio de La Estación, próximo a Berlanga de Duero, donde se fabricaban cajas de madera y traviesas para el ferrocarril.

El Común de Velasco gozaba también de una economía saneada. Tenía en propiedad dos casas unidas, un corral cerrado, dos huertos, cinco prados cerrados de seto, un arreñal, nueve tainas en el monte, dos heredades cada una de treinta y dos medias de sembradura, la dehesa boyal (en la que entraban los animales de otros pueblos durante el invierno), además de los montes. 
Debía hacerse cargo el común de los sueldos de dos regidores, a los que entregaban ochenta reales al año “por los gastos que hacen con los religiosos mendicantes, soldados y verederos”. Obsérvese que esta cantidad representa la tercera parte de lo que el duque de Uceda cobraba solamente por las alcabalas.                                                                                                            
Otros gastos del común eran los derivados de los arreglos en la fuente común, de la acequia grande “que baja de la dehesa precisa para la labranza” y de los dos puentes de madera y tierra sobre el río Abión “precisos para el paso de los ganados de labrantío”. Pagaban el sueldo al sacristán, quien ejercía también de maestro, al cura y al fiel de hechos.

Un siglo (1850) después acudían a la escuela –según Madoz- doce alumnos. Escuela que acogería en el siglo XX a Teógenes Ortego como maestro. Todavía la economía se basaba en la leña de combustible, pastos y abundancia de ganado, complementada con la caza de perdices, conejos y liebres y la pesca de barbos y truchas. 

El 9 de junio de 1908 aparece en la prensa provincial una noticia relacionada con unos vecinos de Velasco. Se les había formado consejo de guerra por injurias a la Guardia Civil. Al parecer, estos vecinos estaban descortezando 225 árboles en la carretera Valladolid-Soria. Suponemos que más de lo permitido o en época no autorizada, por lo que fueron denunciados por la Guardia Civil de El Burgo. Los hombres enviaron una carta al periódico, redactada por el sacerdote Ildefonso Rupérez. Llevadas a cabo las pertinentes investigaciones, se llegó a la conclusión de que se trataba de calumnias, por lo que pidieron para los firmantes y el sacerdote penas que iban de un año a un año y seis meses. Los nombres de los firmantes son: Pablo Gañán, Francisco Gañán, Nicomedes Fernández, Andrés Frías, y Francisco Gañán Boíllos.

Tendría que pasar un siglo más para que este lugar de espeso bosque y buenas tierras de regadío se convirtiera en un despoblado más de los muchos que salpican la provincia de Soria.

2º - VELASCO EN ESPAÑA DIRECTO.
Velasco no solo existe en la memoria de la Carretera Nacional 122, cuando el/la conductor/a recuerda las "curvas de Velasco", sino sobre todo en la memoria de los que nacieron y crecieron en el lugar. En este vídeo emitido en España Directo de Televisión  Española, la periodista Laura García Rojas acompaña a su Padre Agustín y a su tío Luis, al hoy despoblado de Velasco. Como señala Laura, "los pueblos existen mientras se recuerdan". Eso pensamos nosotros, por eso durante el curso 2019-2020 en el IES Antonio Machado de Soria pusimos en marcha con el alumnado de 4º de ESO de Geografía Económica el Proyecto "Apadrina un despoblado". Velasco fue apadrinado por Pablo Jiménez Carnicero.
Haz clic en la imagen para ver el vídeo de España Directo y la Caja del Atlas de lo pequeño.




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